Antivilla
Ubicación: Krampnitz cerca de Berlin

Arquitectura: brandlhuber+, Berlin
Planificación comunicación del edificio: Siedle
Instalación eléctrica: Türck, Berlin

Arno Brandlhuber es conocido por la extravagancia de sus ideas, diseños y edificios. No sorprende pues que también la comunicación de puerta de su Antivilla sobrepase los límites de lo convencional. Siedle la ha diseñado y construído fiel a las ideas del arquitecto. Como continuación del edificio con otros medios y en el punto de intersección de dos historias.
La historia de la Antivilla comienza tras la reunificación en el lago Krampnitzer See en Brandenburgo. Allí hay una fábrica de géneros de punto que la agencia fiduciaria cerró. Se tenía previsto derribar la fábrica para construir edificios nuevos en el terreno con acceso al lago. Pero Arno Brandlhuber se enteró de lo que se pretendía y adquirió el objeto. No construyó de nuevo, sino que conservó lo mejor que pudo la fábrica de la RDA y la adaptó a un nuevo uso. Todo ello con medios extremadamente radicales, muy "anti".
Los pensamientos y las historias son los que le han dado forma a la Antivilla: desde una nueva forma de tratar los materiales, sobre la que recomendamos leer la entrevista de Arno Brandlhuber con Anh-Ling Ngo, hasta un concepto energético y climático inteligente sin necesidad de utilizar capas aislantes gruesas. Al final del artículo hacemos referencia a otros artículos interesantes. Aquí nos centramos en la técnica en el umbral. Su historia está muy vinculada a la de Siedle.

> Ir a la entrevista con Arno Brandlhuber
De la base constructiva de Steel de Siedle, que se reconoce por la típica perforación cuadrada, se alzó, siguiendo las órdenes del arquitecto, una pieza de fundición de aluminio. El molde lo tomaron el artista y el fundidor de campanas Timo Klöppel directamente de la fachada, de la fundición se encargó una empresa especializada en la Selva Negra. a partir de la pieza bruta, la fabricación de Siedle creó una estación de puerta que se fusiona literalmente con la fachada.
El aluminio sin tratar se oxida y corroe. Un efecto deseado, que también aparecerá en otros elementos constructivos del mismo material. Brandlhuber confiere un valor especial a la historia, paso del tiempo y arraigo en su arquitectura. Esta postura encuentra su máxima expresión en la conservación de la piel del edificio con el típico revoque de la RDA. Pero todo ello presenta un aspecto adicional: la empresa Siedle tiene su origen hace más de doscientos años en una fundidora para la fabricación de relojes de la Selva Negra. Esta historia se refleja en la estación de puerta de la Antivilla: el regreso a las raíces de una empresa tradicional.
Otra característica a destacar de la Antivilla son los huecos de las ventanas realizados de forma abrupta. Para poder captar con la cámara una buena imagen hacia el exterior del umbral, Siedle trasladó hacia atrás una cámara con un campo de visión de 180°.
Resultado: los bordes del orificio en el que está instalada la cámara limitan el campo de visión de forma similar a los huecos de las ventanas.

al igual que la estación de puerta, las superficies de todas las estaciones interiores están creadas en aluminio sin tratar donde el uso va dejando huellas.
El arquitecto, siguiendo su propia interpretación de la protección de lo existente, le ha dado un nuevo uso a la "Kulturbaracke". El resultado de un workshop con estudiantes de arquitectura fue un tipo de réplica de hormigón de la cabaña "en ruinas", que alberga un domicilio adicional a una cierta distancia del edificio de la fábrica.
Siedle Scope es al mismo tiempo la base de la aplicación de Siedle. Gracias a lo cual, el umbral móvil de la Antivilla llega hasta la orilla del lago, donde los residentes pueden ver en sus iPhones o iPads quién está delante de la puerta.
Los botones de timbre se hacen eco también de la antigua fábrica de géneros de punto: están rotulados con los antiguos departamentos de la misma. Un detalle muy valorado por los antiguos empleados. Al igual que muchos se alegran cuando comprueban que un edificio se resiste a someterse a un saneamiento sin personalidad y no se convierte en un vestigio, sino más bien todo lo contrario: el arraigo inteligente del edificio y la renuncia a la perfección son los que convierten la Antivilla en todo un emblema vanguardista.

Sobre Arno Brandlhuber y la Antivilla:
>Artículo de "Aspekte", ZDF
> El proyecto Antivilla en ARCH+ 208
> designlines conversa con Arno Brandlhuber
El artista Timo Klöppel hizo un molde en silicona de la fachada en un laborioso proceso. Sirvió a la fábrica de aluminio Villigen como negativo para el molde de fundición.

> Ir a la página web del artista
Entrevista
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